El vestido en el antiguo Egipto era el reflejo del rango a que pertenecía la persona que lo llevaba. El más clásico fue sin duda el paño corto. Dejaba al descubierto el torso hasta la cintura y no bajaba de las rodillas. Con el tiempo se añadieron complementos a la falda. La gente corriente seguía usando el modelo corto, pero los aristócratas las alargaron hasta llegar a los tobillos en el Período Medio. Es en este período donde aparece el vestido para la parte superior del cuerpo. La falda se complementa con una tira de tela sobre el hombro, que forma una manga corta primero y larga más tarde.

El Egipcio de aquel tiempo reconoce a la mujer, no como igual al hombre, pero sí como su complemento. Tanto hombres como mujeres podían llevar el torso desnudo, aunque las mujeres solían cubrirse un tanto mas. La proporciones de la ropa eran similares, aunque diferían en los aspectos que realzaban. Los vestidos de las mujeres se caracterizaban por ser de talle alto, mientras que el de los hombres realzaba las caderas. Además la ropa de las mujeres era mucho mas apretada por lo tanto mas restrictiva mientras que la falda masculina permitía moverse con mas libertad y en este sentido podría pensarse que el hombre llevaba una vida mas activa.
Las mujeres solían vestir el kalasiris: un tipo de vestido que carecía de cortes y costuras, eran paños envolventes, drapeadas al cuerpo; ajustadOs y caían desde el pecho hasta los tobillos, sujetas por anchos tirantes. Existían algunas variantes de esta prenda: podían cubrir todo el pecho, poseer mangas o presentar un solo tirante pero no era lo habitual.

En el Imperio Nuevo se incorporaron nuevos estilos de ropa, quizás como reflejo de los profundos cambios religiosos que se produjeron en aquel momento. Es el auge de las transparencias y los pliegues, marcando el cuerpo con otra sensibilidad y logrando una silueta de curvas suaves. Las representaciones de Nefertiti, y de sus hijas las muestran como iconos eróticos: cinturas estrechas y caderas y muslos redondeados. En este periodo el kalasiris se sujetaba a la cintura con fajines de colores o cenefas, que se entreabrían dejando ver las piernas de sus dueñas. Ciertas veces se cosían plaquitas, de fayenza o pasta de cristal, que al caminar chocaban entre sí produciendo un sugerente sonido como de campanillas.Sobre el kalasiris se superponía una saya o capa corta plisada, con la que se cubría los hombros en forma de abanico.El kalasiris que usaban las mujeres de los campesinos y artesanos, eran más amplios, permitiéndoles trabajar con mayor comodidad.
